Firmó, pero después de hacer el examen enterito.
Mi pobre txikitxu será todo lo vasca que ella quiera, yo no digo que no, pero necesita dormir más que el aire que respira.
Su madre cuenta que tenía que despertarla para darle el biberón, y ya se sabe que genio y figura...
Mi rubita me mira con ojos de cansancio infinito y apoya la cabeza entre las manos para sostenerla y que no se le caiga desparramada sobre los folios.
Me dice " joé, peke, me caigo".
La he mandado a la cama. Tiene que dormir al menos unas horas para que su cabeza rija.
Aún así mañana la recojo en parihuelas porque tiene el primero a las 9 y el segundo a las 5. Mucho tute y pocas horas de sueño. La peor de las combinaciones.
Lo mejor de todo es que el lunes nos vamos de vacaciones, a combinar esta vez muchas horas de sueño con sol, gin tonics y tranquilidad absoluta.
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