jueves, 29 de noviembre de 2007

Para ser alguien mejor

Olores con cuentos chinos.
Desatinos, sin sabores.
Desvaríos de adivino
de lámparas de Aladino
que salen de los rincones
de una cárcel sin cajones
donde sólo habita el frío.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Sonriendo

Poco a poco todo empieza a tener sentido. Hace tiempo que ya no me veo tal cual soy porque por mucho tiempo no he sido más que una sombra de mi misma. Y a veces tienes que alejarte mucho mucho para poder reconocerte porque de tan cerca que estás ni te ves.
Los cambios drásticos ayudan (no olvidemos que soy una persona radikal, sí con K), sobre todo cuando es lo que llevas tiempo pidiendo a gritos sin que algunos te oigan. Menos mal que hay otros que aparte de oírte te empujan a acometerlos cuando tu no eres capaz de decidir por ti.
El cielo esta gris y mi alma llena de luz, es curioso como con cielos azules he sufrido espantosas tormentas en el corazón. (Estoy segura que Bécquer se reencarno en mi, no por la destreza poética, eso salta a la vista, sino por lo demás. A que si, Veri?)
Para dejar buen sabor de boca dejo este vídeo con el que Little Britain y yo lloramos anoche de risa:


jueves, 22 de noviembre de 2007

Destino Norwich

Dos de los años más importantes de mi vida los he pasado fuera de España.
Los primeros nueve meses fueron de adaptación, de crecimiento, de espabilar y abrir los ojos tanto que casi se me descuelgan y se me vuelven a colocar como si tuvieran muelles pegados a ellos.
El resto del tiempo fue vivir Eldorado. Todo me sirvió, lo bueno y lo malo.
Conocí a las personas más dispares y me enriquecí gracias a ellas. Me quedo con todas, no puedo descartar a nadie porque en mayor o menor grado todas fueron importantes y dejaron su huella en mi.
Pero hay dos con las que sigo caminando.
Durante algún tiempo mis pisadas junto a ellos fueron demasiado leves, sin embargo siguieron a mi lado, y cuando me caí se arrodillaron junto a mi, me cogieron de la mano y consiguieron que me levantara y volviera a pisar firme.
Mañana cojo un avión para estar con uno de ellos durante una semana, y "no puedo esperar a que pase el día".
Sólo echaré de menos a alguien (la que falta para que el dúo sea el trío de siempre).

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Revisiones

Esta mañana tras comprobar que la tromba de agua cayó toda por la noche y que no había peligro de empape o morir ahogada me decidí a llevar el coche a la revisión. Lo dejé allí a las ocho y media y me vine andando.
Todas las calles estaban mojadas, algunas de ellas acumulaban charcos enormes, y la humedad y el frío se respiraban en el ambiente.
Pensaba en las musarañas cuando un cojín rojo con manchas negras simulando una mariquita gigante me expulsó de mi limbo particular. Estaba en la acera como saliendo de una pequeña caja de cartón junto a la cual había un paraguas verde y blanco abierto con tres varillas rotas y salidas de su sitio. Al lado, tres cartones mal doblados y más marrones de la cuenta medio desvencijados servían de parapeto a la chica del jersey blanco que dormitaba sentada y acurrucada sobre sus rodillas.
- Ha debido pasar toda la noche así- pensé.
En el portal contiguo dos mujeres de mediana edad tomaban un café de máquina y se fumaban un cigarro mientras criticaban a la de la limpieza.
La chica levantó la cabeza y no podía apartar la mirada del vasito de plástico de café humeante que tenía en las manos una de las dos chismosas.
Ellas ni siquiera repararon, estaban demasiado ocupadas.

- ¿Uno con leche?
- ¿Cómo?
- ¿Que si te apetece uno con leche?
- Si
- Aquí tienes
- Gracias, con este frío y la noche que hemos tenido se agradece mucho más.
- ¿Te has mojado?
- Pude encontrar un cajero con la puerta abierta y allí he estado despierta hasta que escampó, nunca se sabe qué puede pasarte dentro de un cajero.
- El mundo está loco
- No, el mundo está lleno de sinvergüenzas, pero ninguno de ellos está loco.
- Puede ser... que tengas buen día.
- Y tu.

Me auriculé y seguí caminando sin escuchar ninguna canción.


martes, 20 de noviembre de 2007

Y voy a peor

- Veri, querida, yo comprendo que después de lo que pasó con el "asunto termo" no quieras que tu nombre aparezca en ningún momento y por ningún sitio, pero de ahí a que por teléfono no se te escuche...

- Meli, yo tampoco te oigo bien. Espera que subo el volumen (...) ¿Ahora?

- No, te oigo fatal.

Parecía enteramente que estabas metida en "las tinaja de los pane y los pece"

- Bueno, no importa. Hablo más alto y ya está.

Y así fue como nuestra muy amada Vericueta, alma cándida entre las cándidas, se pasó cerca de media hora cuatro minutos escasos desgañitada cual hiena hambrienta focalizando todos sus esfuerzos vocales hacia el micrófono del motorola por el que hablaba con moi (Qui a le droit) anoche (antes del gran diluvio).

Después de decirnos lo mucho que nos queríamos y nos echábamos de menos a voz en grito (que más bien parecía una discusión con tintes de tragedia griega) decidimos colgar.
Justo en ese momento fue cuando desvelé el misterio, y desde entonces hasta ahora no he parado de reirme (salvo cuando sonó el pedazo de trueno a las 9 de la mañana, que se me encogió el corazón).
He aquí la fotografía que lo explica todo:

lunes, 19 de noviembre de 2007

Sueños y desvelos

En un segundo me he visto sentada en un banco de forja de finales del XIX contemplando como el agua que sale del fontanal lo hace rítmicamente y sin un compás definido.

Imagino también un laberinto de setos de dos metros a mi espalda y jardines con mil y una flores haciendo dibujos caprichosos con colores antes nunca vistos.

De repente salgo del sueño y recuerdo que mañana a las 8:30 tengo que dejar el coche para la revisión. También está lo del carné de moto, que empezó siendo una broma pero al final me lo voy a tener que sacar porque me doy cuenta de que con según qué cosas las gente no me toma en serio.
Hoy no me he matriculado porque cada vez que paso por la puerta de la autoescuela me da miedo verme dentro y encima de una moto más todavía hacía frío y teníamos previsión de lluvias , y claro no me apetecía nada salir de casa para semejante nimiedad.

He dicho.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Shh Shh Shh

Que grande es querer a los demás.
Puede que esta afirmación sea ñoña a ojos de algunos, tonta a ojos de otros o demasiado obvia para los que lo viven.
Hoy he estado pensando en eso.
A nadie que me conozca se le escapa que yo tengo debilidad por algunas personas. Pero una en concreto me tiene robado el corazón desde hace ya casi 28 años.
Yo, que cualquier cosa hace que me cambie la veta, que soy una quisquillosa y una inconformista, y que tengo un carácter del demonio, tengo que decir que no hay nadie como él.
Toda la vida juntos, salvo dos años en la distancia que hicieron que brillara con luz propia porque reconozco que durante algún tiempo lo eclipsé de algún u otro modo, y con eso el gusanito de seda se convirtió en la hermosa mariposa que es hoy, y que alegra a todo el mundo con sus colores.
Muchas veces me he cuestionado cómo hubiera sido mi mundo si él no hubiera estado, y es que no puedo siquiera imaginarlo. Mi vida está ligada a la suya y lo estará siempre, y lo sabemos todo el uno del otro por más que haya cosas que no decimos.
No puedo terminar este post porque me emociono, y lo tengo por aquí cerca y como me vea con los ojos rojos va a pensar cualquier cosa.
Pero hay algo importante que no puedo dejarme y es que, por si no te lo digo suficiente, Sito te quiero más que a nadie.


lunes, 12 de noviembre de 2007

Una vez más...

Pensaba que necesitaba perspectiva, espacio para que mi cabeza dejara de latir.
Y es que padezco una de esas enfermedades raras en las que el órgano motor transmite el dolor al órgano pensante y viceversa, y ya no distingo cuál de los dos está enfermo.
Así que curarme está siendo más difícil de lo que creía porque no sé dónde acudir.
Apago el fuego en uno, y se enciende en el otro.
No puedo más.
Dicen que quien resiste gana, pero yo por más que resisto no hago más que perder. Sólo recibo golpes y cada vez más fuertes, y no sé si merece la pena.
Todo es absurdo. No llego a entender nada, no comprendo nada.

...Y mi cabeza sigue latiendo, nada me hace efecto.

¿Perspectiva? ¿Espacio? Nada me vale.

Empiezo a tener claro que el único antídoto es convencer a mi corazón para que deje de pensar.


domingo, 11 de noviembre de 2007

Cambio de rumbo

A veces vemos la señal de “esta vía no tiene salida” y nos empeñamos en entrar por si acaso hay aparcamiento.

Estacionamos y somos felices, las calles abarrotadas de coches y nosotros encontrando un sitio perfecto ¿qué más se puede pedir?

Llega la hora de volver a casa y justo cuando vamos a arrancar, una apisonadora bloquea la única salida que hay.

Atónitos nos bajamos, miramos dentro y la cabina está vacía, así que volvemos al coche y nos sentamos a esperar con el único entretenimiento de ver a la gente recogiendo sus vehículos en la calle perpendicular.

Al rato volvemos a mirar y la puta apisonadora sigue hueca.

Se nos van las horas…

Sin embargo una bombillita se enciende y reaccionamos.

Llamamos a los incondicionales (los que viven cerca) y entre todos empezamos a empujar.

Al principio no hay forma, no se mueve nada, ni un mísero milímetro. Pero de repente, como cuando se encendió la bombillita, la rabia y la impotencia hacen su aparición, y un solo empujón basta.

Por fin la apisonadora rueda calle abajo y yo empiezo a arrancar mi coche.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Just go with the flow

He hecho un tiramisú.
A Veri le encantaría su textura. Sobre el sabor no tengo ni idea porque no lo he probado. Nunca pruebo nada de lo que cocino hasta que no lo voy a comer, lo hacía mi abuela, lo hace mi madre y lo hago yo (no el tiramisú, sino el no probar las cosas que no están terminadas). Manías de familia...
Mientras montaba la nata me concentraba en las varillas. Podía acelerarlas o aminorar su ritmo, y pensaba que en buena parte la vida es así. En algún lugar tenemos una ruedecita con velocidades y la vamos moviendo a nuestro antojo o según las circunstancias, lo que queremos o lo que no. Últimamente me ha pasado una cosa curiosa, llevaba tiempo con la ruedecita al 12 (que es la máxima potencia) y se ha debido ir la luz...


viernes, 9 de noviembre de 2007

La post-boda

Atención señora, ha llegado a su localidad EL TAPICERO. Se tapizan sillas, sillones, butacas, tresillos, mecedoras, descalzadoras y toda clase de muebles y tapicerías que tenga en mal estado en su propio domicilio. No deje pasar esta oportunidad y salga a preguntarnos. Tapizamos en tela, escai, terciopelo, curpiel y pana. Recogemos y entregamos en el acto.
Atención señora....

Y así hasta que le daban la vuelta a la cinta y vuelta a empezar con la misma cantinela. Pues bien, hace un par de fines de semana lo revivimos, pero sin camión ni megáfono.
Aunque lo mejor sin duda fue constatar el hecho de que el chocolate aromatizado agudiza los reflejos y la mente tanto que de un minuto a otro te conviertes en un ídolo de masas en el noble deporte del ping pong.

De la mujer encargada de enseñar la balconada de... EL CASTRILLL mejor no hablamos.

Lo que si podría contar son los misteriosos orígenes de Heidi, y lo mucho que ella tiene que ver con Benito el Bombero. Pero prefiero no herir sensibilidades.





jueves, 8 de noviembre de 2007

Hay días...

A veces la vida se para a fumar un cigarro en un precioso local donde no debería estar permitido por falta de espacio.
A veces el cigarro se extingue dejando sólo humo.
A veces el humo es la única excusa que le queda a la vida para seguir anclada a la silla del local.
A veces la silla del local es demasiado cómoda y ya tenemos dos excusas.
Pero sucede también que a veces, las excusas no son más que las colillas del cigarro.


lunes, 5 de noviembre de 2007

Viven con nosotros.

Muchas te dejan indiferente.
Otras te alegran el día.
Otras te mueven la pierna, el pie, la tibia y el peroné.
Otras te relajan.
Otras te durmieron cuando eras niño.
Otras te hacen reaccionar.
Otras te llevan a mundos imaginarios donde no podrías ir de ninguna otra forma.
Otras reviven el pasado.
Otras refuerzan tu presente.
Otras dan más leche a las vacas y alegrías a los ganaderos.
Otras consiguen inspirarte.
Otras deprimirte.
Otras pintan arcoiris en tu vida.
Otras hacen que te la replantees.
Otras te cogen de la mano y giran contigo.
Otras aceleran tu pulso.
Con otras ríes a carcajadas.
Otras te hacen llorar.
Algunas consiguen que te quedes en la Inopia.
Otras llenan de versos tu día.
Otras te enseñan pequeñas cosas que nos dejó un tiempo de rosas.
Otras reunen multitudes.
Otras son sólo de un grupo de buenos amigos.
Otras se van haciendo un hueco en tu corazón hasta apoderarse de él.
Otras, simplemente un flechazo.
Muy pocas (sabiendo cuantas hay) llegan a tu alma.
Otras quedan en el olvido.
A otras las metemos en cajones.
Otras las recuperamos antiguas y empolvadas.
Otras sólo tuvieron su minuto de gloria.
Otras marcan nuestros veranos y animan barbacoas con chorizos parrilleros.
Otras se hacen viejas de repente sin arrugas en la frente pero con ganas de morir.
Otras ocupan dos camas vacías.
Las más atrevidas gritan.
Las románticas en cambio susurran.
Otras no dicen nada, sólo tararean.
Y ésta, como tantas más consiguen que se me haga un nudo en la garganta...



...Y abrázame fuerte, que no pueda respirar
Tengo miedo de que un día
ya no quiera bailar conmigo nunca más...

Va de pasado y presente.

Hace dos días me reencontré de nuevo con ella. La conocí hace casi diez años cuando yo empezaba a despertar en la vida y estaba llena de inquietudes.
Recuerdo que me invadía un espíritu reivindicativo que alguna que otra vez me acarreó serios quebraderos de cabeza, disgustos y malos momentos, pero como no podía ser de otra forma tuve que aceptarlo y lidiar con ello ganara o perdiera.

Mientras todo eso pasaba, de repente ella trajo la luz y conseguí hacer de la suya mi filosofía. Me dijo: “Contra el poder, en cualquier forma que se dé contra la fuerza y mal uso de la fe desde el poder”

Aquella frase se me grabó a fuego, y me erigí en la Juana de Arco del momento. Estaba decidida a luchar contra la opresión, el pie en el cuello y las manos atadas que el poder de lo divino representado en la tierra, o mejor dicho en un pueblo de 800 habitantes, ejercía sobre mí y sobre un grupo de personas que lo único que quería era cantar.

Me decían “los malos siempre ganan” y yo hacía oídos sordos.

Pero ganaron.
Ganaron a la corta, porque ahora, a día de hoy, muchos años después, están solos y amargados.

Lo que me dijo antes de ayer vino a ser lo mismo, pero me tranquiliza saber el final de la historia. Lo único que de verdad me dio miedo fue pensar en la fuerza que pueden llegar a tener las verdades dobladas.




contra el poder que nos enseña sólo aquella mitad
contra el poder de las verdades dobladas
contra el poder de quien conoce pero sangra de más
contra el poder de las canciones guardadas
contra el poder que nunca abraza a los que pueden pensar
contra el poder que nos vigila los pasos
contra el poder que siempre miente en nombre de la verdad
contra el poder que nos convierte en extraños
contra el poder
que debilita y nada da que sólo quita
y deshace lo que está
contra el poder…
contra el poder
en cualquier forma que sé de
contra la fuerza y mal uso de la fe
desde el poder…
contra el poder que abre una zanja entre el amor y el placer
emparentando el bienestar y la herida
contra el poder que no distingue entre morir y crecer
contra el poder que compra y vende la vida
contra el poder que hace del padre ostentador del poder
contra el poder que nos obliga a engañarnos
contra el poder que hace a los hijos reinventar el poder
contra el poder de los que piensan ganando
contra el poder…
contra el poder que no descansa y se detiene a beber
junto a las fuentes del sabor y el deseo
contra el poder que nos bendice en el hogar del poder
contra el poder del la ignorancia y los juegos
contra el poder…