No es ojo porque te mira, es ojo porque te ve...

Muy bien, queríais carnaza ¿no? Pues la vais a tener...
Resulta que el sábado, nuestra querida Seli y yo quedamos para cenar y luego ya veríamos. Ese era el plan, sin más pretensiones que el pasar un rato agradable y con risas aseguradas después de una ardua semana de trabajo.
Llegados a este punto aclaramos que Speedy estaba trabajando y no pudo unirse al evento.

- ¿Dónde vamos Seli?
- Ay... ¿por qué no vamos a un shino chino?
- ¿A un chino? Bueno vale... aunque estoy pensando que mejor nos vamos a un wok que seguro que te va a encantar
- ¿Un qué? ¿Pero eso está bueno?
- Que si Seli, que hay rollitos y gambas y un montón de cosas.
- Ah venga vale...

Llegamos al Wok, nos sentamos guiadas por una muchacha de rasgos orientales y sonrisa amplia y en cuanto nos sirvieron las bebidas el doble de los que te pida dale por sus favores nos levantamos como resortes a inspeccionar el buffet.
Cogimos de todo, o de casi todo lo expuesto en la vitrina de comida preparada y nos sentamos con el firme propósito de acabarlo rapidito para ir a la otra vitrina (la de comida cruda) y ver como el japonés manejaba el arte de preparalo todo en minuto y medio en un sartén de proporciones desmesuradas.

Lo de que el pan de higo se nos quedó pegado al paladar hasta el lunes por la noche no lo voy a comentar, pero cabe especial mencióna la sonrisa de oreja a oreja de Seli mientras se embobaba con el cocinero... que no le quitaba ojo, oye.

El broche a la cena lo puso la oriental que pasó mi tarjeta de débito por el lector correspondiente. Me mira con cara de "no te vas a escapar de apoquinar aquí" y me dice con ojitos achinados y voz laína:
- No funsionaaa
- Ah... vaya... bueno prueba con ésta.- Contesté entregándole la de crédito.
Mira la tarjeta, le da la vuelta, me mira con reservas y dice:
- Siiii, esta si
- Anda que bien. Bueno te firmo. Muchas gracias.
- De nala, adiooooo

Salimos del restaurante y dijimos "¿vamos al cine?" A lo que Seli respondió que le había leído el pensamiento, así que tras un consenso tan evidente no cupo discusión.
ïbamos a entrar en una que no recuerdo pero lo descartamos porque se nos había pasado la hora, así que decidimos entrar en fuera de carta, peli que yo ya había visto pero que no me importaba ver de nuevo.
Compramos las entradas, y yo que ya he tenido malos momentos de equivocaciones de sala con Seli decidí adelantarme para asegurar el acierto.
Entramos.
Sala 4, fila 11 (como siempre), asientos 3 y 4.

- ¿Dónde estarán nuestras butacas Seli?
- Parece que ahí arriba ¿no? en la esquina.

Como el comienzo de nuestra fila estaba ocupada por una parejita feliz, decidimos entrar por la de atrás... y aquí queridos lectores es donde pasó todo.
Yo, como soy la arrojada y aguerrida del grupo, abrí el camino, pasé delante de toda la fila de butacas y justo en el momento de bajar a nuestros sillones mi cabeza no hizo la conversión en metros de altura que debía haber hecho y pensé que el suelo estaba más cerca de mi de lo que en realidad estaba.
Resultado: pisé en falso... así me sentí Pero como soy tan digna, en vez de caer irremediablemente, hice un esfuerzo titánico y me agarré a la barandilla que tenía en frente, de manera que más que un amago de caída pareció que tenía ansias por asomarme al balcón carita de azucena
Pero como no, a Seli no se le pasó el detalle por alto y tuvo que sacarlo a relucir en el comentario del post anterior. Ea pues nada, si lo reconozco... soy lo peor.