jueves, 20 de noviembre de 2014

La gurú de gurús...

Ayer fueron los pintores a darle un buen repaso al piso de Belén.

¿Quién es Belén? Belén es la gran gurú, así en general.

Les dejó las llaves y se fue a trabajar tan contenta pensando que cuando volviera por la noche iba a encontrarse su casa como los chorros del oro, recién pintadita y con el salón en ese tono marrón clarito que les dejó encargado y que tanto le gusta.

Llegó, encendió las luces y se quedó ojiplática, boquiabierta y caricontecida. No daba crédito. Su cerebro no era capaz de darle pábulo a la información visual que estaba recibiendo.

Solo tuvo acierto para buscar en su bolso el móvil sin dejar de mirar las paredes y marcar el número de su novio: "Jose, las paredes están verdes. Será que es la primera mano y le dan el color normal en la segunda"

Con las mismas llamó a los pintores, que le confirmaron la desgracia: "No, no, el color es ese, es que es muy bonito y queda muy bien"

Belén colgó el teléfono, llamó a su hermana y le dijo: "Maja, es que me han dicho que el verde que tiene la pared es muy bonito y queda muy bien, pero ¿ahora qué hago yo, si ni siquiera me pega con los cojines?"

¿Es el gran gurú, o no lo es, eh?

martes, 18 de noviembre de 2014

Al pequeño ente.

Muertecita estoy.

Nos ha dado por la vida sana, las comidas anticáncer , la natación y la cinta de correr y esta mañana me he levantado agotada.

Resulta que ayer me fui a nadar al mediodía después de la ensalada y las lentejas, y hete aquí que hasta 23 larguitos me hice yo solita y sin práctica, que hacía mucho que no frecuentaba yo la piscina.
Después nos fuimos a trabajar, y al regreso y tras cocinar una cremita de calabaza de las de quitar el sentido, me subí a la cinta durante 32 larguísimos minutos. Mareada como un piojo me bajé.

Polita vino al rescate, me cogió de las dos manos y me incorporó de la cama en la que me tumbé sin remedio según bajé de la cinta.
Nos sentamos en el sofá a cenar, y a los pocos minutos declaré mi intención de encaminarme hasta el lecho para cerrar los ojos y no volver a abrirlos hasta muchas horas más tarde. Sin embargo, las agujetas me han dado una nochecita toledana.

Después de despertarme varias veces con dolores atroces en los brazos, piernas, cintura, espalda y cuello, sonó el horrible ninonino del despertador y aquí estoy pensando en que como muy tarde tengo que salir a las dos y media de casa para que me de tiempo a nadar al menos una horita antes de volver al trabajo...

Resistiré erguida frente a todo... Todod sea por tí, que aún ni siquiera existes :)


domingo, 2 de noviembre de 2014

Carretera y manta

Casi todos nuestros fines de semana los pasamos fuera de casa.

Muy paradójico es el hecho de que una persona hogareña y amante de la estabilidad como yo, no pare quieta en nuestro home-sweet home, ni siquiera los días de asueto.

Se da la circunstancia de que el sábado pasado regresaba de haber estado en Sevilla desde el lunes anterior, de manera que me pasé metida en un tren, (mejor dicho en dos TAV y un cercanías), la friolera de 7 horitas aproximadamente.

Tuve la suerte de que Veri me acogió y pudimos disfrutar de una magnífica mañana en la capital del Reino. Conocí a Verinovio que pronto será Verimarido con todas las de la ley ante Dios y ante los hombres, y tengo que decir que me pareció una persona estupenda, muy agradable y gran conversador-escuchante, lo cual hizo que el tiempo se pasara volando en su compañía.
Después dimos un paseo los tres hasta la casa de Verimadre, y tuve la inquietante-fascinante sensación de que nada había cambiado en muchos años.
Verimadre sigue teniendo ese brillo pillo en los ojos que le hace ser ella y sigue riendo a carcajadas con los dientes juntos como antaño.

De Veri qué decir... Que la veo contenta, tranquila, estable y con su hueco hecho en el mundo. Estamos muy contentas Polita y yo porque vienen a vernos a finales de Noviembre, en lo que estamos seguras que será un fin de semana para enmarcar en nuestras memorias.

Saltándonos a piola toda la semana y frenando en el día de ayer, decidimos poner rumbo al norte del norte, no sin antes haber dejado a nuestra Zuri con su abuelito que la adora.

Zuri


Hemos disfrutado de los espectaculares paisajes de la costa vasca con los Flysch de Zumaia a la cabeza, y hemos hecho un circuito de agua termal de mar Cantábrico, que hemos llegado con la piel como culito de bebé.

Flysch de Zumaia

Con estos planes, ¿quién se resiste a la filosofía del carretera y manta?
Si además de los planes se cuenta con la compañía que he tenido yo.... para qué decir más.

¡Gracias txikitxu!


Ermita de San Telmo (Zumaia)