"Fin de semana a la vistaaaaa..." pienso cual vigia emocionada después de cinco días de mar revuelto sin icebergs pero con rocas.
Hemos vivido la tensión de un padre-gestor gritando a sus hijos-trabajadores porque el sistema informático había sido manipulado sin él saberlo. También he tenido grandes momentos en solitario y he conocido a personajes que ríen a carcajadas cuando en realidad están hasta el moño de todo... qué gran habilidad. He conocido a Julián, que me lleva dos cabezas y de quien el ermitaño se hubiera asustado, y he tenido días (casi todos) de irme a dormir tardísimo pero con sonrisas.
¿Qué más puedo pedir?
Pues está claro: dos días y medio diferentes. Y mis Reyes-Magos-Particulares son tan eficaces que trabajan durante todo el año solo para estar al quite en estos momentos y concederme cualquier cosa que se me antoje.
Me voy volando, que me esperan anécdotas de litros de agua fugados, colchones de látex y camping gas (no natural). Habrá que reclamar...
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