Las mañanas están llenas de energía. Nace un día nuevo y hay que aprovecharlo porque lo tenemos enterito para nosotros, un buen regalo si puede disfrutarse plenamente, y sino también. Las tardes en cambio son otro cantar. Las horas han ido pasando y la luz se atenua sin que podamos hacer nada. Sin embargo, no imagino mejor hora que la puesta sol escuchando esto
Sin gustarme la ópera me he emocionado en un día nublado con posibilidades ínfimas de despedirme del astro rey.
Ser o no ser... depende de lo que venga después así merece o no la pena. Ser o no ser... con todas las consecuencias, tomando responsabilidad de lo que se es o lo que no se quiere o puede ser. Ser o no ser... con vanidad, valentía, orgullo o despreocupación preocupante. Ser o no ser... sin prejuicios ni valoraciones propias o ajenas. Ser o no ser... sabiendo y sin saber. Ser o no ser... al más puro estilo shakespeariano... That is the question.
Quiero más fines de semana como éste, y mira que estoy cansada....
"Fin de semana a la vistaaaaa..." pienso cual vigia emocionada después de cinco días de mar revuelto sin icebergs pero con rocas.
Hemos vivido la tensión de un padre-gestor gritando a sus hijos-trabajadores porque el sistema informático había sido manipulado sin él saberlo. También he tenido grandes momentos en solitario y he conocido a personajes que ríen a carcajadas cuando en realidad están hasta el moño de todo... qué gran habilidad. He conocido a Julián, que me lleva dos cabezas y de quien el ermitaño se hubiera asustado, y he tenido días (casi todos) de irme a dormir tardísimo pero con sonrisas.
¿Qué más puedo pedir?
Pues está claro: dos días y medio diferentes. Y mis Reyes-Magos-Particulares son tan eficaces que trabajan durante todo el año solo para estar al quite en estos momentos y concederme cualquier cosa que se me antoje. Me voy volando, que me esperan anécdotas de litros de agua fugados, colchones de látex y camping gas (no natural). Habrá que reclamar...
Sigo aquí ¿eh? Sigo siendo yo y cada día más con tiempo y sin el me encuentro con ojos de charol verdes que antes no reconocía, con sonrisas de pies descalzo sobre el parqué y con lámparas de pie que iluminan mi frente.